Espiritualidad
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Nuestra espiritualidad misionera
se radica en la relación amorosa
con Jesús presente en la Eucaristía
y en la Palabra.
¡Comprendan bien este misterio de amor de Jesús por ustedes! Que amigo los va a recibir con afecto, mejor dicho, con gran deseo cada vez que pueden venir a visitarlo. Jesús se hace el alimento de sus almas. Jesús es víctima para ustedes: todos los días y muchas veces se inmola sobre este altar por ustedes. Él los formará a todas las virtudes, y encenderá en ustedes
el fuego que ha venido a traer
en la tierra, y que por medio ustedes
encenderá en las almas.
Jesús mi Señor hazme toda tuya, hazme capaz de ignorar mis ambiciones, la fascinación en las cosas inútiles, hazme tuya, tuya, tuya. ¡Señor que yo vea solo tú, que yo viva solo por vos! Entonces cuando hablero de vos, te trasmitiré, te comunicaré, mi vida te llevara a mis hermanos y habró nacido y vivido por algo que vale la pena:
“Te llevare a ti, verdadera alegría
al mundo” Jesús escúchame,
escúchame, concédeme.
¡Jesús solo!
Todo con Jesús…
Toda de Jesús...
Todo por Jesús...
Nada para mí…
“No es la Santísima Virgen bajo el bello título de Consolata, nuestra madre, y nosotros sus hijos?
Si, nuestra Madre tierna, que nos ama como la pupila de sus ojos, que pensó el Instituto y lo sostiene espiritual y materialmente.
Son las predilectas de la Consolata, un milagro viviente de las gracias de María;
deben tener algo de especial, una santidad distinta, un carácter especifico.
El nombre que llevan debe empujarlas a convertirse en aquello que deben ser”
Beato José Allamano
Ruega por nosotros, Virgen Consolata,
intercede por tu pueblo.
Oh Dios,
que por medio de la Virgen María,
has querido dar a tu pueblo
la verdadera consolación, Jesucristo,
concédenos que, venerándola
bajo el título de Consolata,
podamos colaborar con ella,
en la obra de la redención.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén
En las fotos: la Virgen Consolata en el mundo
